Barrenadores = Troncos perforados = Arboles perdidos
Los árboles del jardín peligran ante la invasión de unos gusanos a los que el sabor de la madera les parece delicioso, son los Barrenadores.
La mayoría de los animales devoradores de madera son larvas de insectos y entre todos ellos, los pertenecientes al orden Coleópteros son los más habituales. Por ejemplo, el Cerambícido escarabajo longicornio cuenta con enormes ejemplares que miden de 8 a 10cm de longitud; y los Curculiónidos y Escolítidos son escarabajos que agujerean los troncos para depositar sus huevos.
Lo más frecuente es observar ramas secas sin motivo aparente. En otras ocasiones, las gruesas ramas primarias caen secas al suelo.
Estos insectos barrenadores (Escarabajos) causan muchísimos daños por las perforaciones y túneles que efectúan en la madera. Lamentablemente todos los ejemplares infestados pierden su valor económico, estético y hay que considerarlos muy peligrosos para la salud del jardín o del huerto.
Cuando el árbol está muy dañado, es conveniente retirarlo definitivamente.
Esta plaga coloca sus huevos debajo o sobre la corteza, para que la larva luego, termine con los tejidos del árbol.
Las claves de su actuación
- Causas: Falta de agua y de abono, ejemplares débiles
- Como se manifiestan: Hojas abatidas y amarillentas, aserrín al pie de los árboles, galerías y agujeros en el tronco o las ramas.
- Daños: Pudriciones de la madera, disminuye la resistencia de los árboles y pueden provocar la muerte.
- Cuando atacan: Otoño e Invierno.
- Como controlarlos: Abundante riego y abonado, espolvorear toda la zona alrededor del árbol (las larvas se encuentran típicamente en la base de las plantas) y en las perforaciones, en el momento que los insectos adultos salen del interior de los mismos y esto es luego de la eclosión de los huevos.
- Especies sensible: Álamos, Sauces, Olmos y frutales.
Sus víctimas favoritas: Ejemplares débiles
- Los insectos barrenadores de tronco provocan innumerables daños y pueden llegar a ocasionar la muerte de los árboles, suelen atacar ejemplares débiles, con falta de nutrientes y ubicados de forma incorrecta.
- Sus preferencias van dirigidas hacia las especies de madera blanda, por ej.: sauces, olmos, álamos, abedules y prácticamente todos los frutales.
- Dentro de los frutales. Los recién plantados son los candidatos idóneos a sufrir el ataque de los insectos xilófagos.
Cuidado con las ramas rotas por el viento, porque ofrecen excelentes condiciones para el desarrollo de estas colonias.
Mucho cuidado con estos son los más destructores
La familia de los Escolítidos (son escarabajos y viven dentro de los tejidos de la planta) es la más peligrosa para el jardín.
Estos insectos excavan galerías bajo la corteza de los árboles o profundizan en la madera y en ella la hembra deja sus huevos.
Los Cerambícidos taladran los troncos de muchos árboles cerca de su base y los debilitan por la acción destructora de sus gusanos.
Los Bupéstridos o gusanos cabezudos causan en los frutales de hueso graves daños, con sus larvas que poseen una gran dilatación del protórax a modo de cabeza hinchada.
En los Lepidópteros, las orugas o larvas de los Cósidos (polillas) pueden causar la muerte de muchas especies perforando galerías que llegan hasta el cilindro central.
Como detectarlos
Prestando buena atención resulta fácil ver los rastros de la presencia de estos pequeños enemigos.
El más común es la acumulación de aserrín al pie de los árboles o en los agujeros del tronco o las ramas.
También se pueden notar ciertas exudaciones gomosas en la corteza.
Poco a poco los perforadores se van apoderando del árbol haciendo, incluso, que hasta el fuerte roble caiga abatido por sus efectos.
Una vez detectado el primer vestigio de aserrín es recomendable seguir buscando porque probablemente se encuentren en las inmediaciones los huevos depositados por las hembras.
Tratamientos adecuados
Los tratamientos preventivos son la mejor solución, aunque no se haya observado nada extraño. Un buen momento es el invierno.
También es efectiva la utilización de ramas cebo para que se asiente ahí y no en el árbol, pasado un tiempo hay que retirarlas para evitar su propagación.
Más allá de la aplicación del insecticida (en este caso ecológico) también se pueden frotar las cortezas con naftalina que sirve para repeler a los adultos y evitar que realicen sus puestas.
Luego de la aplicación del insecticida, introducir en las ramas o troncos alambres reforzados con algodón es otra forma de acabar con las larvas, luego se sella el agujero para impedir la fuga del insecto.
Ver dibujo:
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