En el jardín: que hacer, que no hacer, mentiras y verdades (4ta. Entrega)
Como somos amantes de la jardinería y como menciono siempre las plantas son seres vivos, debemos ofrecerles las mejores condiciones para que se desarrollen adecuadamente y no sufran. Por ejemplo, un buen sustrato, abono, riego, luz, poda, etc. Dentro de todas estas tareas nos van surgiendo algunas dudas que muchas veces por desconocimiento, nos llevan a cometer errores ocasionando daños y sufrimientos a las plantas. Vamos a tratar de ver entre todas las cosas que se dicen y proponen, cuales son verdaderas y cuales son falsas.
Espero que este informe sea de utilidad y pueda resolver algunas de nuestras dudas:
Todas las hojas sirven para el compost – Falso: la mayor parte de los restos generados por las podas y hojas caídas en nuestro jardín sirven para hacer compost, pero no todas; es importante tomarnos el trabajo de seleccionar cuidadosamente el material. Si no lo hacemos, en vez de beneficiar a las plantas lograremos el efecto inverso. Debemos aprovechar solo la maleza joven y libre de semillas y recordar que algunas hojas no sirven para este fin.
Estas son algunas de las principales excepciones:
Plantas enfermas: tendremos siempre que descartar los restos de las plantas enfermas. No utilizar los restos de ejemplares que han recibido un tratamiento fitosanitario intensivo, ya que pueden conservar sustancias fitotoxicas que impedirán el crecimiento de las plantas.
Hojas de las coníferas: tampoco las agujas de coníferas (pino, abeto, tuya), sus hojas contienen sustancias que, tras desprenderse e iniciar el proceso de descomposición, hacen que el suelo aumente su nivel de acidez.
Hojas de eucalipto: contienen una sustancia, el eucaliptol, capaz de impedir que crezca nada a su alrededor.
Hojas para acolchar: las hojas que no sirven para hacer compost, cómo las de los robles (quercus robur) y los plátanos, se pueden utilizar para acolchar.
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El riego es indispensable para que den flor – Falso: en general las plantas necesitan bastante agua para crecer y desarrollar sus flores. Pero también debemos considerar que muchas plantas pasan por periodos de reposo y de muy poco riego, necesarios para luego tener una buena floración. Por ejemplo, la clivia, cala, el agapanto y algunos bulbos de floración en primavera, requieren un periodo de sequía en la etapa previa a la floración. Durante esta etapa de latencia, la actividad metabólica es mínima, dejan de crecer y las necesidades de luz, nutrientes, calor y agua se reducen al mínimo.
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Se debe abonar solo durante la floración – Falso: todos los cultivos al crecer, agotan los nutrientes del sustrato en los que se encuentran plantados y deben reponerse por intermedio de fertilizantes o abonos. Cuando comienzan a florecer necesitan más alimento y este es el motivo por el cual hay que ayudar con estos aportes durante la etapa de floración. Hay excepciones como la hortensia, la azalea, el tronco del Brasil o la yuca, que necesitan un buen abonado después de la floración. Consumen tanta energía y agotan tanto los nutrientes del sustrato que necesitan un abonado para no debilitarse tanto y morir. Otra excepción son los bonsái, por lo general, no deben abonarse cuando están en flor ni un poco antes de florecer.
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Las lombrices en las macetas, como en el jardín son beneficiosas – Falso: las lombrices son muy favorables en el jardín, su trabajo consiste en airear, remover, crear túneles y favorecer el desbloqueo de los nutrientes, todas estas tareas permiten que las plantas puedan asimilar mejor el alimento y desarrollarse. Sin embargo no son tan beneficiosas para las plantas cultivadas en macetas, por más grande que sean estas, prontamente quedaran chicas y las lombrices comenzaran a alimentarse de las raíces. Para lograr que estos lumbrícidos súban a la superficie, juntarlos y llevarlos al jardín, tendremos por ejemplo, que colocar un poco de comida sobre los bordes internos de las macetas o regar (receta ancestral) con un poco de vino
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Dejar los restos del césped cortado sobre el terreno como abono – Falso: prolifera una idea en muchos jardineros, de que los restos que quedan al cortar el césped, sirven de abono, por el contrario y por lo general, esta costumbre resulta más perjudicial que beneficiosa. Al cortar el césped todas las semanas durante la época de crecimiento, va generando un exceso de materia orgánica, que favorece la proliferación de hongos muy perniciosos para los terrenos. Estos restos, al pudrirse, colaboran con la propagación de bacterias nocivas para el césped. Lo mejor entonces es juntar los restos de césped recién cortado y añadirlos a una pila de compost.
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Es conveniente proteger las plantas aunque sean resistentes a las heladas – Falso: los cultivos han prosperado justamente por adaptarse a su hábitat natural, con las condiciones de luz, agua y temperatura que se reproducen en la naturaleza y no necesitaron ningún tipo de ayuda. Tal es así, que existen plantas a las que no solo les conviene pasar frío, sino que lo necesitan para producir flores y frutos, como los rosales y un buen número de frutales. A la mayoría de ejemplares de hoja caduca les conviene el invierno; perder las hojas les proporciona vitalidad y les permite recuperar fuerzas de cara a la primavera. Por ejemplo, la glicina, los rododendros (especialmente las variedades de hoja caduca), el aligustre y el lilo.
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El tamaño de la planta influye sobre la floración – Verdadero: Muchísimas plantas necesitan de un buen crecimiento, es decir ser grandes para producir flores en abundancia, por ejemplo una clivia en una maceta pequeña tendrá una floración menos abundante de lo esperado. Para la planta su prioridad es el desarrollo de raíces y hojas, y si no han alcanzado la madurez las flores tardarán en llegar. Algunas plantas, como la alegría (impatiens walleriana) y la azalea, solo se llenarán de flores si la planta es una tupida masa de tallos y hojas. Por lo tanto, debemos brindarles una buena capacidad de espacio para su crecimiento y desarrollo.
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